Al llegar, un señor nos dio una charla en la que nos motivaba a estudiar una ingeniería. La pena es que, casi nadie o nadie, tenía o tiene esa intención. Pero, ¡bravo por él que lo intentó! jaja
Tras cargar las pilas, ¡nos pusimos manos a la obra! Visitamos algunos talleres en los que nos hicieron diferentes demostraciones en las que podíamos participar.
(Sin duda lo que más le gustó a Eva fue la "tablet" del profesor)
Y para terminar, "el Ajque" nos demostró su velocidad en la pista de correr.
Sin duda, pasamos una buena mañana y esperamos repetir con otra excursión. Ya sea a la piscina, un perol o a comprar chuches al kiosko de la esquina.
¡Un besillo clase!